El pasado domingo el diario El País analizaba el éxito de las marcas españolas en el extranjero, centrándose en nombres que aquí repasamos cada día como Inditex, Mango, Desigual o Camper. Lo que viene a ser el low cost español con una horquilla amplia de precios, que en algunos casos vende aquí más que fuera (según el artículo Inditex o Camper venden 8 de cada 10 euros fuera de España) y que vuelve loco a medio mundo.
La pregunta que siempre se me viene a la cabeza cuando leo artículos sobre este tema es por qué el diseño español arrasa en su gama más básica pero le cuesta tanto salir fuera cuando se trata de pasarelas internacionales de Pret-a-porter (y no digamos ya de Alta Costura). Mientras que Zara o Mango son nombres reconocidos en cualquier rincón del planeta, a nuestros diseñadores les cuesta triunfar fuera de nuestras fronteras y nuestra semana de la moda no termina de colarse entre las grandes. ¿Por qué?
Claro que hay destacables excepciones, y de hecho actualmente son cuatro los diseñadores españoles que desfilan en Fashion Weeks internacionales: Amaya Arzuaga, que lleva ya varias temporadas desfilando en París; Custo Barcelona, que lo hace en Nueva York; Emilio de la Morena, en la London Fashion Week; y sobretodo, DelPozo, que desde el desembarco de Josep Font (que ya fue uno de los pocos nombres españoles que consiguió desfilar en la Alta Costura Parisina) en la firma, ha crecido de forma exponencial fuera de nuestro país, sobre todo en Estados Unidos, donde está consiguiendo una proyección diría yo mayor casi que en España.
Algo parecido ocurre con Emilio de la Morena, prácticamente un desconocido en España pero con una trayectoria consolidada en tierras británicas, donde ha desarrollado toda su carrera, lo que lo acerca a otro nombre español internacional, pero que nunca ha desarrollado su trabajo desde territorio nacional: Manolo Blahnik.
En el mundo de las novias, Rosa Clará y Pronovias abren tiendas en Libia, Arabia Saudí o Miami, compensando así, al igual que el resto de marcas, la caída de ventas en el mercado nacional con el aumento en los mercados emergentes.
Viajar al extranjero es sentirte como en casa cuando al pasear por las calles comerciales de cualquier ciudad te saludan los logotipos de nuestras marcas patrias. Las guiris se vuelven locas con Zara, Mango o Stradivarius, pero nuestros diseñadores de pasarela no triunfan de forma clara. ¿Cuál es el motivo?
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